Retablo Mayor de la Iglesia de los Santos Justo Pastor

Madera policromada
Autor: Francisco de Prado, Juan Ferreras y Bartolomé del Rio (atrib).
Pinturas: Primera mitad del siglo XVIII
Iglesia de los Santos Justo y Pastor (Sepúlveda)
Inscripciones: En el sotabanco, “DORO SE ESTE RBº SIENDO CURA Y BICARIO EL SEÑOR DN JUAN DE SANTILLANA Y BELARDE”

¿Qué es un retablo?

La palabra 'retablo' proviene del latín, retro tabularum, que significa “tabla que se coloca detrás”. Se trata de una compleja estructura en la que se conjugan la arquitectura, la escultura y la pintura, ejerce la función de marco y encuadre a las representaciones pictóricas y escultóricas. Además el retablo,” fabricado generalmente de madera, en el caso de España, raramente se deja en crudo, es decir del color original de la madera en él empleada, sino que recibe una capa de pintura y dorado, operación que llevan a cabo pintores y doradores especializados. El retablo cumplía una función didáctica y catequética, tiene su origen en la antigua costumbre litúrgica de colocar para su adoración, reliquias o imágenes de santos sobre los altares.

Origen y evolución de los retablos

Los primeros retablos eran móviles y consistían en dípticos que llevaban relieves de imágenes devotas, los cuales empezaron a colocarse sobre los altares ya en el siglo IX. Las dimensiones se fueron aumentando paulatinamente, lo que provocó que los retablos se fijaran en la parte posterior del altar desde finales del siglo XII. Hasta el siglo XIV, no se elevaron a gran altura, relicarios partir de este momento se hicieron de grandes dimensiones hasta llegar por fin a cubrir el fondo de la pared que detrás del altar quedaba libre. Tanto la organización del retablo como el desarrollo decorativo variarán en cada época respondiendo a los periodos artísticos de cada momento. Su desarrollo devendrá en un gusto por disolver lo estructural lo arquitectónico en puras formas decorativas. Es en ese momento, ya en los primeros decenios del siglo XVIII, cuando las figuras de José Benito y Joaquín Churriguera y la tipología por ellos difundida (el churrigueresco) alcanza su máxima expansión.

El Retablo de la Iglesia de los Santos Justo y Pastor

Este retablo fue realizado durante la primera mitad del siglo XVIII. Está atribuido a los maestros Francisco de Prado, Juan Ferreras y Bartolomé del Río, que poco antes habían realizado el retablo para el Santuario de la Virgen de la Peña.
Es un retablo barroco, mantiene la línea del llamado estilo churrigueresco, caracterizado por la profusión decorativa y el uso de columnas salomónicas.

ESTRUCTURA

El retablo ocupa todo el ábside, se adapta a la forma semicircular del mismo, para lo que desarrolla una planta cóncava, este esquema hace que entablamentos, ménsulas, y columnas se sitúen en distintos planos de profundidad, con lo que la planta adquiere un extraordinario dinamismo. Cuenta con tres calles y un solo cuerpo sobre banco, el conjunto remata en un cascarón que se adapta a la bóveda de cuarto de esfera.
Por su estructuración arquitectónica y por su decoración se relaciona muy estrechamente con los modelos creados en la mitad del siglo XVII por la esuela de entalladores, escultores y retablistas que desarrollan su tarea fundamentalmente en Madrid. Esta tendencia castiza, propiamente hispánica, se caracteriza por la búsqueda intensa de la movilidad y profundidad de los planos en el espacio a través de la degradación de luces y sombras. El cuerpo principal se asienta sobre un banco bajo decorado con paneles y molduras ornados con motivos vegetales. Cuatro grandes ménsulas actúan como soportes de las columnas, decoradas en los extremos con motivo vegetales, mientras que en los frentes de las centrales aparecen dos cabezas de ángeles, elemento muy utilizado en los retablos de Churriguera.
Las tres calles están separadas por cuatro columnas salomónicas que ocupan todo el cuerpo del retablo recubiertas de hojas de parra y pámpanos de vid tallados. La calle central está concebida a modo de hornacina, actualmente da cobijo a la imagen de Ntra. Sra. de los Ángeles de la Hoz. Su tipología se adapta a la del retablo-camarín, creación genuina del arte barroco español, destinado a desempeñar una función de carácter devocional. El camarín, abierto al retablo mediante una amplia arcada situada en su centro, hacía visible, en toda su magnitud y en un ambiente intensamente efectista, la sagrada imagen, presentándola al devoto situado más bajo, en la nave del templo. La hornacina se abre en profundidad hacia lo que debía ser en su día el transparente, (la ventana del ábside), el intradós del arco, está decorado con cuatro casetones en cuyo interior se encuentra un profusa decoración a base de motivos vegetales, en los laterales, al exterior, cuelgan pequeñas guirnaldas con motivos florales más menudos.
En las calles laterales encontramos cuatro lienzos que narran los siguientes temas, la Anunciación, la Visitación de la Virgen a Santa Isabel, la Adoración de los Magos, y la Misa de San Gregorio, estas tablas fueron realizadas en la segunda mitad del siglo XVI y como en el caso del retablo del santuario de Ntra. Sra. de la Peña, quizá procedan de un retablo anterior perdido. Culminando en la parte superior una pintura que representa a San Sebastián.
El entablamento en la parte superior aparece retranqueado, es la ruptura total con los órdenes clásicos de la antigüedad, algo que va a ser muy criticado posteriormente por los neoclásicos. Destaca la cornisa adaptándose al mismo movimiento que el resto de los elementos, y enfatizando aún más los entrantes y salientes. En cada extremo se asienta un ángel, con las alas desplegadas, que lleva la palma del martirio, en alusión a San Justo y San Pastor que se ubicaban en la parte inferior del retablo.
El ático en forma de cascarón, está dividido en tres paños, recorridos los segmentos laterales con ondulantes hojas, ocupa el central un lienzo en el que se representa como ya hemos comentado a San Sebastián. El cascarón culmina en una gran clave que se abrocha con un enorme golpe de hojarasca.
El retablo, dorado en toda su superficie, posee como únicas variantes de color las dadas por los azules y rojos de las alas de los ángeles, así como la otorgada por la policromía de las tablas.

LOS ARTÍFICES

Los artífices a los que se ha atribuido el retablo son los ensambladores, Juan de Ferreras, que había realizado el trono para la Virgen de la Peña en situado en el primitivo retablo mayor de dicha iglesia, era entallador mayor de Segovia, y aparejador mayor del Alcázar y Casas Reales. Por otra parte Francisco de Prado, hijo de Manuel de Prado Balboa, junto con su padre y su hermano Juan de Prado poseía uno de los talleres de retablos más destacados de Segovia durante la segunda mitad del siglo XVII y principios del siglo XVIII, además era el arquitecto del Real Alcázar.
Por otra parte en este retablo se representaba a los Santos Justo y Pastor, posiblemente el encargado de las tallas fuera Bartolomé del Río.

Bibliografía.

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GONZÁLEZ ALARCÓN, Mª Teresa. “Retablos Barrocos en el Arcedianato de Segovia”. Tesis Doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Septiembre 1994.

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